Ofrecer servicio de mantenimiento web a los clientes es una de las áreas de nuestro negocio que más controversia y problemas puede dar, hasta el punto que muchos optan por no hacerlo.
Desarrollar una web es genial: el diseño, el análisis de la estructura, la programación… Si lo haces a medida, la maquetación, el CSS, ver como todo va cogiendo forma… probar cosas nuevas que has ido leyendo o aprendiendo..
Si es en WordPress, el tener que analizar que plugins pueden ir mejor o programarlos a medida…
En general el desarrollo de una nueva web, creo que para los que nos dedicamos a esto, es sin duda la mejor parte de nuestro trabajo.
Pero a menos que trabajes en una gran empresa y haya otros profesionales dedicados al mantenimiento, si eres freelance o estás en una pequeña agencia, difícilmente vas a poder obviar lo que viene después de publicada la web.
Cambios, errores, actualizaciones… una web es algo vivo y va a necesitar a alguien que se ocupe de ello.
¿Nos conviene hacerlo? ¿Cuál es la mejor forma de ofrecer este servicio sin que sea una carga excesiva? ¿Cómo organizarlo y venderlo?
Hoy empezamos una serie de videos y recursos dedicados a ofrecer servicios de mantenimiento web.
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